lunes, 20 de febrero de 2012

Viento en popa...

¡Hola a todos!

Las presentaciones del pasado fin de semana se han convertido en una experiencia única, que guardaré en el recuerdo con mucho cariño.

Tanto el sábado como el domingo se acercaron a saludarme familiares, amigos, conocidos y aquellos que quisieron disfrutar del libro y que les firmara su correspondiente ejemplar.

El sábado comenzó la mañana con nervios. Sentía una opresión en el estómago y no hacía más que preguntarme cómo iría la cosa. Con mis carteles y mis ejemplares, me acerqué a la Asociación y me quedé asombrada al ver que Belén ya tenía dispuesto mi rinconcito para firmar ejemplares. En esos momentos me invadió una gran felicidad pero, debo confesar, teñida de cierto temor. La incertidumbre de cómo se daría la jornada me impedía disfrutar todo lo que hubiera sido necesario de la situación. Pero cuando colocamos los carteles y los libros sobre las mesas, los nervios se fueron calmando. Al poco llegó mi madre con un gran ramo de rosas. ¡Qué alegría! Casi se me saltan las lágrimas al verla.
Poco a poco la gente se fue animando y comenzaron a interesarse por la novela. La mañana se pasó muy deprisa y cuando quise darme cuenta ya era la hora de despedirse por ese día.





El domingo amanecí más tranquila y con ganas de volver a la Asociación. Si el sábado la jornada se me pasó rápidamente, el domingo fue como un alegre suspiro.



Sólo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos que se pasaron por la Asociación de vecinos La Cañada los pasados días 18 y 19. Fueron muchas personas las que se interesaron por la obra, y muchas también las que se acercaron a acompañarme y a hacer que me sintiera arropada y mimada. ¡GRACIAS!

Aprovecho para agradecer a la Asociación de vecinos de  La Cañada todo el interés y lo mucho que se preocuparon por mi y porque estuviera cómoda y no me faltara nada. Ha sido una experiencia diferente y maravillosa.

Y para terminar, os recuerdo que hasta el día 26 de febrero sigue en marcha el Objetivo 500, que pretende recaudar alimentos no perecederos que se donarán a Cáritas para ser distribuidos entre los habitantes del municipio.

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